Yo no nací para ser bella

Me encontraba hace unos minutos rodeada de aparatos ruidosos y charlas inconexas. El ruido de la televisión no ayudaba en nada. Mientras todo, yo lidiaba con una sesión del tribunal electoral.
Accedí a ir al salón de belleza con mi mamá porque desde finales de octubre que no me corto la mata y creí considerable darle un ligero despunte a mi cabello.

-Gusta esperar, sólo me falta una clienta y ya. Sí, no hay problema.

Tomamos asiento en unos banquillos altos, incómodos, porque las señoras llevan suéteres, chales, chamarras y bolsos estorbosos que necesitan estrictamente ocupar un lugar en los asientos destinados para la larga espera.

-No tardarán mucho, pero si quieres puedes irte a la casa, dijo mamá. (17:20)
-No, pus ya vine, mejor espero. (Error, la peor decisión que pude haber tomado)

“La clienta”, señora pasada de los 70 años, con hartas ganas de platicar y meterse en conversaciones ajenas, cara restirada y que jura y perjura verse más joven de lo que es, sólo requirió de un tinte, un corte y un apetitoso pedikiur. En lunes, sí, en lunes.
Tiempo total: una hora cuarenta minutos!!!!!!!!!!!!!!!!

17:32, plática académica con mi madre. Ella muestra su preocupación porque mi hermano y yo encontremos trabajo, ya que oyó en el radio que las carreras de la UNAM como Sociología y Ciencias de la comunicación son la mayor fuente de desempleados o bien, que son gente que no practica su profesión…consternación, snif, snif, snif, puuuuuues que se le va a hacer.

17:40 hora de leer, claro mis hojas pa’ la tarea, esta vez no hay tiempo de frivolidades como que Ninel Conde confunde el Tsunami con el surimi, que Anahí tiene problemas de bubis, o que si Alejandra Ávalos no ha tenido sexo en 2 años y medio y está cachonda (bueno, admito que al final caí).
Escenario:
Lo que callamos las mujeres en la tv, mujeres parlanchinas remojando sus callos en bandejas de agua caliente, una ayudanta huevona probándose todos los tintes (desde el amarillo hasta el violeta) en lugar de atender a la clientela, mi madre leyendo tvnotas y yo intentando comprender las sesiones del Trife.

“…Incidente de inejecución número 53/2002 de la sentencia de 23 de mayo de 1991, dictada por el #$%&/()?¡” … Hay esas muchachas, ahora si que están rete locas, dice mi hijo que ellas quieren se como los hombrecitos, pero también quieren gozar de los detalles. Bueno, quién las entiende (aquí entran miradas penetrantes hacia mí por mis gestos de hartazgo)… “juez décimo de distrito en materia administrativa, hoy juzgado décimo de distrito B en materia administrativa en el Distrito Federal, en el expediente del juicio de amparo indirecto número 46/87, promovido por armando Bernal Estrada y coagraviado. Con una ching…#$%(/&$%&(/” Ya no son como antes las jovencitas, ahora andan de locas y tratan de amarrar al marido acostándose con ellos.

6:50 Sólo logré leer como seis cuartillas y no entendí ni la mitad. Pero ya, es hora de que me atiendan. Tiempo total del despunte como 12 minutos aprox. (o su equivalente en tiemposalóndebelleza "Chofi" a ni siquiera terminar de hojear el tv notas).

Moraleja: no vuelvo a ese salón de belleza, seguiré con mi cabello orzuelazo o bien, intentaré cortarlo con el riesgo de tuzarme, como sucedió hace una semana. Pero no volveré, yo lo juro por dios que me mira.

Ay dolor!!!!!!

Si alguna vez hice algún comentario a mi mejor amiga sobre que en cierto momento de su vida preparatoriana su rostro se me figuraba al de un hamnster, pido perdón.
Ahora sufro las consecuencias de una estúpida herida bucal a causa de un infortunado golpe cepillodental. Sí, ahora tengo una pasa llena de bicarbonato de sodiocolocada en mi labio inferior, quesque pa que se me quite la úlcera tremenda .
Yo sí que semejo al dichoso roedor, porque a parte de mis cachetes, guardo esa frutilla deshidratada entre mi encía y mi labio. Arde, y arde mucho, pero es de esos dolores masoquistas que raramente causan alivio.
Según mi madre tengo una infección causada por falta de alguna vitamina, porque la pulcera se ha postergado demasiado y ya hasta tengo lo mismo en una protuberancia de mi cachete interno . Yo se la achaco a lo mismo.
Pensé que podría haber sido causa de una tanda de besotes, pero ni eso.


Hoy estuve toda la tarde con mi sobrina. Es un amor, aunque no creo que aguantaría con ella todo un día. ¡Dios bendiga a las mamás!

Y todo por cinco minutos

Cuando mi madre me levanta en la mañana y dice:"son cinco cuarenta, ya párate para que no llegues tarde", yo pienso haciendo caso omiso de su dulce recomendacíón: "¡chiga!, pues si yo me levanto a las 6:45, puedo dormir cinco minutos más".
Mi pereza aflora, me quedo pasmada en mi camita por no cinco, sino ocho minuto más. "Bueno, hora de despertar". Me dirijo hacia el baño, donde sólo el agua puede hacer que me desmodorre y que tenga semiganas de ir a la escuela a tan temprana hora.
Ya bañadita, peinadita, arregladita, desayunada y con la tarea en mano salgo de mi casa.
"¿Me llevo el Universa?", pienso. "No, al fin que tengo que comprar el Milenio y puedo hacerlo antes de entrar al metro".
6:40, llego al metro Eugenia, cruzo Cuauhtémoc y pido mi periódico. En el puesto hay de todo menos Milenio. "Bueno, aún tengo 20 minutos y la profesora da tolerancia de 15 a 20 minutos". Cruzo la avenida , compro el periódico, me devuelvo al otro lado y entro al metro.
Sólo perdí dos minutos. El buen gusano naraja avanzó en forma fluida.
7:05 Ahora lo único que puede impedir que llegue tarde es el pumita. Pues ni eso, no sé cuanto tardó en llegar, pero no fue lo suficiente como para que mi rostro se tornara colérico.
7:12 Llego a la facultal, un tanto apresurada intento no llegar más tarde (cabe aclarar que mi salón está ubicado en un tercer piso justo al final del pasillo).
8:44 Me encuentro en las computadoras de la facultad matando el tiempo, ya que mi próxima clase es hasta las 11 de la mañana!!!!!!!!!! (ruidos guturales, puños apretados, respitación violenta y demás maldiciones que inentan salir de mi frente)
Y justo 10 metros antes de mí entró una compañera. Yo, con mi sinismo de siempre, entré "¿tarde?, ni me he percatado". Pero a la profesora no se le dio la gana dejarme entrar, la tolerancia no fue benévola para mi. Rogar es el último recurso "pero, pero, pero..." ¡nada!, misión fallida.
Esto me enseñará que cinco malditos, estúpidos, putrefactos minutos son justamente eso.
Moraleja: Los lunes de albañil no son para mi. Debo dejar un poco, al menos un poco, mi desidia y hacer caso a las indicaciones de mi madre, pus total, ¿¡qué son cinco minutos!?

En la casa de las maravillas

Ya había escuchado comentarios sobre la casa de Mireya Cueto, creo que imaginé de más, pero lo que vi no me desepcionó.
Llegar a la casa fue todo un lio. Un pesero en insurgentes pal periférico, de ahí otro para San Jerónimo y otro para casa de Miyuca. Tiempo total: una hora de camino que pareciron cinco por aquello del inmenso calor.
A la entrada, parece una casa ordinaria, que sale de lo común de esas lujosas recidencias del barrio. Para llegar a su casa, una vez pasando el portón, se cruza un jardín enorme. Se tiene que pasar por un caminito rojo rodeado de árboles de tejocote y zarzamoras. Al final, una casita de madera con montononones de plantas.
Debo hacer, como parte de mi servicio social, el currículum, semblanza y recopilación de demás datos, sobre ella. Es una buena oportunidad para empapárme más de este tema tan interesante, aunque no puedo negar que en verdad me quita mucho tiempo escolar. Pero bueno, a disfrutarlo, total, después las desveladas hasta se me olvidan.
Lo que más me gustó, además de las anéctdotas de Mireya, fue su "Troque" un cuarto exclusivo para leer, todo de madera, apartado de la casa y en medio de mucho follaje. No vi ni una televisión, eso es porque ella la odia con ganas.
Pude conocer un poco de su vida familiar... hasta presencié un pleito madrehijo con Pablo Cueto, también titiritero.
Lo único malo es la hora a la que voy llegando. Hay mucha tarea para mañana y no he hecho nada. Bueno, até logo.

Primer día de clases

Pues ya qué, a levantarse temprano. Ahora que recuerdo, hace más de siete meses que no me levanto a las 6:00, y me da como dice Bere "infinia hueva".
Siempre he pensado que la escuela sería de lo mejor del mundo si uno no tuviera que levantarse tan temprano y hacer trabajos estúpidos, sólo aquellas tareas chidas y entretenidas que en verdad dejan algo provechoso.
Parece que me levanté con el pie izquierdo (literalmente, porque creo que pisé demasiado duro y me duele una nalga), mi abuelita no me dejó dormir bien. Ella daba vueltas y vueltas, iba al baño, roncaba y luego me daba cariñosas palmaditas en mi espalda y me acariciaba la cabeza (lo cual no es molesto pero impide dormir tranquilo tomando en cuenta que siempre he dormido sola).
La razón por la que ella estaba ahí es porque operaron a mi padre de una hernia. Sí, lo vulcanizaron y ya no se le asoma el estómago por arriba del ombligo. Mi abuelita, como toda buena madre lo cuida en su enfermedad. Hoy se irá, pero la próxima semana amenazó con regresar. Puedo decir cosas corajonas, pero en verdad la quiero mucho y me llevo poca madre con ella.
Siguiendo con lo del mal inicio, mi blusa "elegida" tenía un estúpido cierre invisible que sólo subía fuera de mi, ya conmigo dentro parecía misión imposible (cabe aclarar que esto no era causa de mis excesos carnales, porque la blusa era olgada, sino de el pinche cierre). Después de varios intentos mi abue me dijo, "no, pus ya no sirve... a ver... déjame ayudarte", da el jalón y se abre, "bueno, ahora sí que ya no sirve". El color rojo sube a mi frente, pero respiro profundo, me quito despacito la mentada prenda y bajo el ziper con sumo cuidado, lo subo y me visto al fin.
Segunda cosa malhora. Pienso, bueno, a ponerse un poco de maquillaje. Sólo uso rimel y delineador, así que tomo ese primer elemento (que hace poco menos de un mes compré, es toda una maravilla porque si deja las pestañas largas y separadas) y oh sorpresa, sale una gruesa capa de cosa negra que me mancha las manos ¡Carajo! se rompió el despachadorsito y ahora se haya en la tapa, por lo cual sale de a montón y es imposible utilizarlo. Bueno, lo dejo por la paz, ya después arreglaré cuentas con él.
Después de todas esas desafortunadas cuestiones, bajo a desayunar. Como era lógico pensar, y a juzgar por los gritos desesperados de mi madre y mi padre que sólo gruñe desde su cama, llago a la conclusión que de se me hizo tarde, 6:45, no creo llegar a las 7:00...Hace frío.
En la escuela ya, pus a batallar con los sonzos estudiantes que tratan de ver en qué salón les toca. Éstos no son lo suficientemente listos como para ver sólo las dos primeras materias del día, y luego regresar para ver las demás. No. Todos se aglomeran provocando harto calor. Cuaderno nuevo o libretita bonita con la pluma o pedazo de lápiz que se le rompió la punta, todo para anotar el horario completito ocupando el mayor espacio y tiempo posible para realizar dicha tarea.
Sí, como cada semestre, hay una bola inmensa de gente a causa de autoridades pendejas que no ponen mas que una lista de cada carrera. Estúpidamente acomodadas, éstas se hayan estratégicamente en lugar poco visible, con una tinta apenas perceptible y todas las carreras juntas (como si la facultad no fuera lo suficientmente grande como para ponerlas en lugares separados o como si no hubiera tinta pa imprimir más de una).
Despues de luchar contra la multitud, hasta el frío se me quitó. Mis clases no fueron del todo malas, por el contrario. Me siento bien con la mujer norteña de la primera hora y de la adorable Lourdes Romero, pues qué decir, ya se le extrañaba.
Luego del ajetreo, pues al idioma. Rogué a diosito me dejara a la linda maestra brasileira como los tres cursos anteriores, pero ahora me falló. En la lista aprarece un tal Franciso algo, no importa, no es Marilene. Llegué tarde, me encontré con los viejos compañeros. De mis amigos estaban Valeria la argentina, Itza, Sandrinha, sólo faltó Simon el inglés señorón. El salón se volvió más internacional, entró un venezolano gay que tiene un celular con tono de "a quién le importa lo que yo haga...", jajajja, la china y la sueca siguen ahí, pero otra la otra argentita desertó.
Mi profe es un bobo horrendo al que Valeria se pasa corrigiendo.
¿Buen inicio?En fin, basta de quejarse, mañana será otro día.

La fobia ha bajado

Creo que como muchos otros niños, una de mis fobias es hacia los payasos. Ésta comenzó desde muy pequeña cuando estos seres maquillados me obligaban a participar en concursos estúpidos en los cuales los premios no pasaban de ser un viaje redondo (una vuelta al rededor del gordo con zapatos grandes), un par de patines (dos patadas), un diploma (cartón pendejo mal impreso y con faltas de ortografía que no era más que los datos para contratar a dicho imbécil) o en el mejor de los casos, una figura hecha con globo que estaba lejos de semejar lo que el payaso dijo que era, o también "regalaban" ese juguete plástico-reciclado-duro con colores poco definidos (como verde con manchitas azúles y rojas, o erróneos como una tortuga ninja café con ojos rojos diabólicos o un pitufo amarillo con la boca pintada cerca de la oreja) y rebabas molestas.
Una más de las causas fue la legendaria película "ESO", que estúpidamente vi de muy niña. Otra más fue el regalo que una tía me hizo cuando tenía como 12 años, un payaso arlequín con cabeza de porcelana, pelón, con ojos maléficos y lagrimitas pintadas, relleno de arena. Éste permaneció escondodp en mi cabecera por varios años hasta que me decidí a tirarlo. Las únicas ocasiones que por error abría esa parte de mi cabecera, tomaba un alfiler y se lo clavaba en la panza al horrendo muñequito, como defensa o algo que mi tonta cabecita imaginaba que me defendería contra aquel maléfico ser.
Hoy conocí al payasito más lido y chulo que he visto en toda mi vida. Se llama Aziz Gual y lleva como 15 años en el negocio, él es un Clawn (no es sólo la traducción mamona de payaso, sino una disciplina artística que se estudia en universidad, en Rusia, Francia y EUA, entre otros países).
Como bien dijo, es un "idiota profesional". Puede hacer reír sólo cn sus hojos, no humilla ni ridiculiza a nadie, es totalmente un payasito amoroso que puede provocar carcajadas con sólo un gesto.
Él es quien imparte el curso de risoterapia. Promete mucho. Algo bueno que no a muchos agradó es su rígida disciplina. El taller comenzaba a las 16:00 horas y él llegpo media hora antes, pidió incluso por telefono a todos los inscritos que llegásemos temprano, lo cual un grupo de viejitos impuntuales no hizo. Aziz no los dejó pasar sino hasta las 6 de la tarde y éstos le reclamaron hasta que el ambiente se pudo tenso y medio se arruinó el primer día del curso.
No me encantan los payasos, pero el temor ha salido un poco al ver que sí hay personas con nariz roja que pueden hacerme reír sanamente sin causarme traumas.

Ansiedad

Creo que no he manifestado nada acerca de mis ansiedades en este espacio. Pues bueno, hoy que entré a Villa de Cortés, estación de la linea 2 ó azúl del metro, recordé lo ansiosa y desesperada que soy, sólo habían pasado tres minutos desde que me postré al borde de la línea amarilla. Observé como siete veces para ver si ya estaba por llegar el tren y pus nada.
La profesora Lucía dijo una vez que "no por mucho que se asome va a llegar más rápido el metro", ja, me reí un poquillo y relajé mi cuello evitando mirar para ver si ya se acercaba. Paré la ansiedad. Entro y me toca uno de esos vagones nuevecitos. Estaba repleto, está chido subirse a los nuevos trenes pero curiosamente ahora, siempre que el metro se retraza es por causa de esos hermosos ejempleares.
Ya me desvié, bueno, me paré frente a un señor y la ansiedad renace, tenía en la cara muchos puntos negros y una espinilla de un tamaño aproximado a los 2mm de diámetro, además, ésta sobresalía como 5mm de su rostro. Ahhhhhh porqué no se los quita, tal vez porque él si hace caso de los que nos dicen las madres al respecto de no tocarnos la cara, pero ahhhhh.
Disfruto pasando de un vagón a otro, reciente cualidad de los trenes, y no me importa pasar en medio de todos y que la gente diga ¡ay, esta niña, pues que no se había subido antes! Pues sí, pero me gusta pasar de un lado a otro mientras me dura la emoción.
Pues ya pa finalizar, lidié con otras de mis ansiedades causadoras de suma desesperación: los miles de sabores en la heladería y poco dinero para poder probar sólo uno. Que Don Tomy, el de la fotocopiadora esté sentado echando albures y que no me atienda. Sentir cabellos en partes de mis brazos o espalda, los cuales no puedo quitar con facilidad y que causan excesivo cosquilleo. El eterno, que siempre pienso que voy a llegar tarde atodos lados.

Rose con la "superjefa"

Hoy asistí como colada a un desayuno de tamales y atole que los directivos de Conaculta ofrecieron para los empleados. Bueno, pues yo fui invitada por Florencia, mi dulce jefecita a quien aprecio en demacía.
El encuentro fue en un patio del Helénico, específicamente el "La Capilla", un escenario gótico con pinturas barrocas y techo de madera excesivamente adornado por lo que infiero puede ser churrigueresco (uy esos términos).
La visita anunciada de la poderosa pero mal afamada Sari Bermúdez no fue mito, esta vez sí se apareció. Su característica sonrisa entusiasta y amigable (protocolaria) hacia todos sus súbditos no pudo fallar, de igual modo pasó con el "¿cómo le va?", "¿bonito lugarno?", "¿Pero qué frío hace?" (claro, ella llevaba un atuendo invernal con el cual era imposible congelarse) acompañado de un personalizadoy ligero rose tactíl.
Rompió el hielo después de 20 min de espera con un "bueno, pues me dijeron que estábamos esperando a alguien", lo cual pareció ser el aviso para comenzar.
El arguende fue para dar anuncio de la certificación ISO 9001 a los empleados de Vinculación Cultural por haber aprobado dicha norma. Los discursos, salvo uno, fueron pura paja llena de elogios y saludos para la aparecida y su noble institución. Todo finalizó con una felicitación a ese depatamento del Consejo y el anuncio de que "pus a ver si pa la próxima nos certificamos los que trabajamos en la dirección", es decir los superpoderosos del Conaculta, ja, irónico ¿no?.
Yo salí rayada: tamales, atole, Sari ( jajajajaja, bueno, este no) un calendario organizador grandote grandote y una taza que dejé en las oficinas.