Una escena bonita

Cómo será esta vida curiosa que a una persona que irradia luz con todo su ser le hayan puesto Lucía, pero aún es más asombroso que causando tanta algería y pasión a quienes la admiramos se llame Felicidad...innenarrable.


Hoy, buscando información acerca de cómo realizar (en la parte metodológica) mi tesis-reportaje fui a pedir la ayuda de Lucía, mi profesora preferida.
En plena discusión e intercambio de opiniones, se abre la puerta y llega Sonia Morales, otra de mis maestras más queridas.
El asunto se tornó acogedor: ¡Hola Lucía, estás ocupada? bueno, creo que sí, dijo Sonia.
-Pero mira con quiénes estás, estas niñas tan lindas e inteligentes, tan buenas estudiantes (ay! me sonrojé y me sentí como niña con estrellita en la frente o sellito de abejita trabajadora en mi libreta)
La conversación fue más bien de saludo y cordialidad. Se ve que son buenas amigas; y cómo no, si ambas son tan buenas periodistas.
Mientras se saludaban, Sonia acariciaba mi cabello y me dio un abrazo rete bonito. Lucía sonreía. Todo fue extraordinariamente maternal. ¡Qué lindo!