con foie gras y sin oca

Entre que me hallo y no me hallan, pues aquí les va esto

viernes, noviembre 25, 2005

Come, come, tú sólo come

Ahora el hospital me ha dado más de lo que esperaba, ya hasta chismes e historias raras conozco.

Eran como las 3 de la tarde, comía hamburguesas con las viejitas y no tan viejitas DAMAS VOLUNTARIAS. En primera me sentí mal porque como no soy de "sociedad" me como la hamburguesa con las manos y me embarro los dedos, la boca y hasta los cachetes con los condimentos que pululan por todos lados.
Al principio todo fue buenos modales y comentarios discretos, pero ya entradas en confianza, las señoras empezaron a deschongarse y a contar chistes colorados (de esos con sexo y palabrotas), preguntaron hasta por la vida sexual (¿¿¿???) de cada una, de cómo son los maridos (chale, ahí sí ni opiné), de si las pantaletas que llegaron como donativo pa vender en la tiendita les quedan bien o no... entre otros comentarios sagaces.

Y para concluir, salió el super super chisme. Resulta que en el baño privado del hospital hay una mujer que se toquetea en santa sea la parte* y hasta hace ruiditos como ¡ah! ¡ah! ¡sí! ¡sí! ¡SSSSSSÍÍÍÍ!!!!!!, golpea la puerta, se escucha cómo se acomoda las prendas y luego sale a lavarse las manos (menos mal). Si hay alguien, ahí cuando ella se mira al espejo, pues sólo la saluda y se va.

¡¿Que cómo lo saben?! Ah, pus yo me acabo de enterar de que hay un baño privado con jaboncito, papel, toalla, lockers y hasta masturbatorio al que tengo permiso de entrar (claro, yo sólo entraré a dicho baño cuando mi vejiguita me lo implore).

Volviendo a lo anterior ¡¿que cómo lo saben?! Ah, pues la secretaria del voluntariado, la que vende en la tiendita y otras más han sido testigos de esos ruidos en el baño privado. Y hasta cuentan que se han quedado a esperar que la mujer salga de su "privado" para ver quién diablos es. Jum, ya sé porqué luego se tardan tanto las mujercitas en el baño.

Bueno, y después de todo esto, pues ya no había ni respeto por las lentas como yo que aún comían y callaban la boca con bocados grandes. En mi cabeza repetía "come, come, sólo come y no te atragantes de la risa".









*Este vocabulario fue tomado de las dicharacheras narradoras

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