Yo si fui a la marcha

Pues como de costumbre, tenía que hacer una crónica de la marcha del silencio, pero razón aparte: sí pensaba asistir.

Es la marcha más fresa a la que he ido (es que me perdí la que iba contra la inseguridad y no pude lucir mi guardarropa armani temporada primavera-verano para ir de "fin" a Chichen Itzá), mis acompañantes fueron mi mamita, mi tía Espe, mi tía Paty y su esposo.

Uyyyyyy ya podrán imaginarse (ya sé que no los conocen), la pura diversión. Nunca o bueno casi nunca veo a mis tías en su faceta "manifestantepolítica".Sí, con gritos y toda la cosa. Ellas sí que compran souvenirs y se divierten al leer las mantas. Experiencia muuuuuuy diferente a la reporteada sola o con compañeros.

Me la pasé re bien porque además mi Tía Espe, apesar de que ahora es señora camioneta, es súper propege y se lee la Jornada todos los días. Se sabe muchos chismes de políticos y está bastante informada. Además contaba sus anécdotas como estudiante revoltosa.

Sólo con ellas habría podido caminar hombro a hombro con Poniatowska y Pablo Gómez, ver pasar a Martí Batres y Alejandro Encinas en motos o al Pege saludando y es que ellas lucen decentes y amigables.

Constantemente recibía regaños como "¡Ay hija, no levantes esos papeles del piso, están cochinos! ¡No te separes! ¡Avánzale, no te vayas a perder!

En verdad que cómo las quiero, a pesar de que soy el pato feo al que siempre contradicen, por cualquier cosa que diga o que no. Total que ya me acostumbré.