Ese no se qué que qué se yo

Hoy recordé esa ansiedad que siempre me han ocasionado los teatros.
No sé, estar tras bambalinas, con todas esas cuerdas que me incitan a jalarlas (pero no lo hago por miedo a que algo caiga y me aplaste o peor aún mayugue algo importante como actores, técnicos o escenografías caras), las cosas de utilería tan viejas y con olor a humedad, el ambiente tétrico y oscuro... ¡¡¡¡ qué cosa!!!!
Este escenario me encanta, pero a la vez atrae muchos miedos. Y precisamente hoy tuve que andar por pasadizos lúgubres en donde me tropecé un sinfín de veces.
Me encanta estar chismeando y husmear todas las cosas que guardan y que uno como espectador muchas veces no puede acceder a ellas. Son lindos los camerinos, pero me friquean las figuritas religiosas y las velas rojas que hay por ahí. Podría pasarme todo un día ahí, pero siempre tengo el recelo de que me salga por ahí un viejo feo parecido al viejo del costal.




Ja, ¡¡¡no de nuevo!!! Hoy -y el próximo viernes también- tuve que lidiar con otro ente extraño que estudió Administración del tiempo libre. Bueno, ya platicando no me cayó tan mal, pero he creado una animadversión hacia esos "alumnostitulados" del YMCA.