con foie gras y sin oca

Entre que me hallo y no me hallan, pues aquí les va esto

martes, mayo 31, 2005

Serenata gatuna

Ah, por fin pude entrar a mi blog!

Y después del tiempo alejada de este espacio, sólo me resta decir que estoy muuuuuuy acabada. Mis ánimos andan por los suelos (por muchas cosas), la escuela se termina y casi termina conmigo. Tengo ojeras increíbles, he enflacado y ya hasta arrugas hay en mi rostro. Ahhhhh.
Es ya el último jalón antes del cierre definitivo de la vida escolar -propiamente dicho.

Por si eso no fuera poco, hace una semana, una semana SÍ UNA SEMANA, un gato, gatitochillón, cayó a mi jardín de la azotea. Era color miel y con ojos verdes. Debo manifestar que para nada soy amante de esos felinos, sólo me gusta verlos y acariciarlos un poco, pero nada más.

Resulta que gatitochillón, cuando cayó comenzó con su llanto. Lo agarré y lo saqué del jardín, por órdenes de mi madre lo saqué a la calle. En ese transcurso (corto por cierto) gatitochillón se portó bien, pero cuando casi lo suelto para la calle me rasguñó el desgraciado.
No supe de él por un día.

A la mañana siguiente, una serenata de maullidos taladraba mis oídos. Eran tres gatitos bebés, chillones también, postrados en la barda de la casa vecina que da hacia mi ventana. Estos tres y su madre no dejaron un minuto sin producir ruido de sus chirriantes gargantitas.

Para completar el cuadro, gatitochillón se metió en el patio y se escondió entre los carros, por lo que no pudimos sacarlo. La cosa estaba sí, unos chillan en mi ventana, y desde el garaje gatitochillón les respondía.

Bueno, pues la situación no ha variado mucho, excepto que ahora gatitochillón no está en la cochera de mi casa. Sin embargo, sus familiares aún le gritan y él responde desde quién sabe qué casa vecina, pero sé que aún no se encuentran. Es más, ahora mismo los escucho.

Ya a estas alturas me ha dejado un poco de crispar los nervios, pero no es nada sano. Despierto y me duermo con la serenata esa que sólo espero acabe pronto. Ah, y ahora hasta un perro les hace segunda!

Culpo a mi madre por obligarme a echarlo a la calle.
Me culpo por miedosa y no buscar al gato para regresarlo a la azotea.
Culpo a mis amigas -ya a mi hermano Adriel- amantes de los felinos por no estar aquí para solucionarme la vida, jajaja.

2 Comments:

  • At domingo, junio 05, 2005 5:47:00 p.m., Blogger Gade Herrera said…

    Yo veo la sombra de los gatos que pasan todas las noches por el tragaluz de la cocina de mi casa. Incluso esos gatos bajan a robarle la comida a mi estupidísima perra (frencha poodle de menos de 45 cm).

    Lo malo es que si nadie (algún vecino) les hace algo (como apedrearlos o envenenarlos) seguirán por mucho tiempo cerca.

    Ánimo, los maullidos no son tan malos después de 15 días de repetición. hasta se acostumbra tu oído.

     
  • At martes, junio 14, 2005 11:16:00 p.m., Blogger Dantés said…

    ¿Dónde estás Cris? ¿Dónde estás?

     

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