He pensado en dejar la empresa del reciclaje
Después de una semana de total indiferencia hacia el negocio que ya estaba cerca de cerrarse, he pensado por lagunos momentos, muy seriamente, en dejar la empresa de reciclaje que había comenzado.
Cómo es posible que una mala noche haya podido desencadenar una baja tan significativa!!!
Y cómo es que uno puede llegar a sentirse derrotado y querer tirar la toalla cuando todo marchaba viento en popa.
Ya había pasado por mi cabaza aquella canción que creo se llama La chancla, "... porque la chancla que yo tiro no la vuelvo a lebantar". Soberbio, sí, pero qué se le va a hacer cuando el negocio no anda bien. Sólo que a esa chancla no recuerdo haberla tirado.
Hace una semana, o dos tal vez, le eché un ocho a una nueva empresa, que por la pura infraestructura proyecta un panorama interesante. El problema es que la nueva empresa el algo vieja. Seguramente ya tiene más de 30 años y ha pasado por varios jefes en turno (bueno, y eso qué, eso la hace más tener más experiencia en el campo). Aún no conosco nada de ella, sólo se que proviene de un barrio peligroso, que es homónimo de uno de los más talentosos artistas plásticos y que se dedica a la manufactura artística. Con los años que pesan ya sobre ésta, seguro que tiene ya sucursales, o no querrá ser ádquisición de una empresaria tan joven como yo.
Las negociaciones no van más alla de un cordial saludo y uno que otro intercambio de información.
Pero como suele ocurrirme en estos casos de deslumbramiento empresarial, seguramente perderé el interés en cuanto sepa realmente la historia de dicho bussines.
¿Reciclar o no reciclar? ese es mi dilema, pues aunque no adquiera ese viejo negocio (ja, lo más seguro) tendré que pensar cómo voy a salvar mi empresa.

Y cómo es que uno puede llegar a sentirse derrotado y querer tirar la toalla cuando todo marchaba viento en popa.
Ya había pasado por mi cabaza aquella canción que creo se llama La chancla, "... porque la chancla que yo tiro no la vuelvo a lebantar". Soberbio, sí, pero qué se le va a hacer cuando el negocio no anda bien. Sólo que a esa chancla no recuerdo haberla tirado.
Hace una semana, o dos tal vez, le eché un ocho a una nueva empresa, que por la pura infraestructura proyecta un panorama interesante. El problema es que la nueva empresa el algo vieja. Seguramente ya tiene más de 30 años y ha pasado por varios jefes en turno (bueno, y eso qué, eso la hace más tener más experiencia en el campo). Aún no conosco nada de ella, sólo se que proviene de un barrio peligroso, que es homónimo de uno de los más talentosos artistas plásticos y que se dedica a la manufactura artística. Con los años que pesan ya sobre ésta, seguro que tiene ya sucursales, o no querrá ser ádquisición de una empresaria tan joven como yo.
Las negociaciones no van más alla de un cordial saludo y uno que otro intercambio de información.
Pero como suele ocurrirme en estos casos de deslumbramiento empresarial, seguramente perderé el interés en cuanto sepa realmente la historia de dicho bussines.
¿Reciclar o no reciclar? ese es mi dilema, pues aunque no adquiera ese viejo negocio (ja, lo más seguro) tendré que pensar cómo voy a salvar mi empresa.
4 Comments:
At domingo, febrero 26, 2006 12:11:00 a.m.,
Anónimo said…
leVantar
conoZco
Aburriiiiidoooooo
At lunes, febrero 27, 2006 12:24:00 a.m.,
Anónimo said…
Aprende a escribir primero mamita
At lunes, febrero 27, 2006 3:37:00 p.m.,
Anónimo said…
Esta es la batalla de los Anonymous en un post aburrido, si yo digo que es aburrido y corrijo las faltas de ortografía, pero nunca diría algo como "mamita"
At miércoles, marzo 01, 2006 12:54:00 a.m.,
Mafaldinha said…
Pues también le faltaron al anónimo las de:
-"cabaza"... quise escribir cabeza
-"ádquisición"...es decir adquisición
-"alla"... que era allá
Pues para ganarse el premio tenía que encontrar los cinco errores, falló, suerte para la próxima.
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